Ayer fue un día de recapacitación sobre “lo que mis hijos comen y lo que todavía no comen”.
Yo considero fundamental que los niños coman de todo y en ello ando liada. Entiendo, que conseguir que los niños coman de todo, es un camino de fondo para los padres y que este, puede ser mas o menos duro según coma el niño, pero hay que insistir, el que la sigue la consigue.
Mi hija María es zampona por naturaleza. Le gusta probar cosas nuevas y luego grita ¡¡¡me gusta¡¡¡ eso hace que el mundo de la alimentación este resultando muy fácil con ella. Mi bomboncito, Alejandro, es harina de otro costal (quien diría que fueron juntos en la misma barriga durante tanto tiempo). No le gusta probar alimentos nuevos, uff ¡que lucha¡ y nos lo pone dificil. En cuanto ve una comida con algo nuevo dice “no me gusta” y mira para otro lado ¿a quien se parecerá? Jaja es digno hijo de su padre.
Anoche, mientras hacía la cena, decidí añadirle huevo duro (en trocitos) a la sopa de pollo de los niños y a la mía, a la de mi costi no ya que un exceso de mimo a lo largo de su vida hace que sea tiquismiquis con la comida.
El caso es que mi costi, como digno padre de mi peque, cuando vio lo que hacía me pregunto porque le ponía huevo duro a la sopa, ya que en su opinión era un sacrilegio jeje… (sin comentarios), entonces llega mi hija y me dice “¿mama que eso?” Le digo “¡¡sopa con huevo, esta riquísima¡¡” y entonces dice “¡¡yupi yupi, sopa con huevo¡¡” Un minuto después aparece el bomboncito Alex por la puerta de la cocina. Tras subirse a la trona, mira la sopa (que le encanta) pero detecta que lleva “cosas” y con cara de ¿Por qué me haces esto? Me pregunta “pero mama ¿Qué es esto?” le digo “¡¡sopa con huevo, esta riquísima¡¡” y ahí se lió y comenzó la lucha para que se la comiera, que si los tigres la comen así, que si hasta que no la termines no te comerás el yogurt, que si a tu amigo Sergio le encanta… que lucha por Dios, y todo por 4 puñeteros trozos de huevo, lo que os digo, una lucha, pero yo erre que erre hasta que se la comió.
A pesar de esos momentos de lucha y de las cenas eternas frente al plato, yo creo que merece la pena enseñarles a comer de todo porque veo como mi bomboncito come actualmente alimentos que antes no quería ver ni en pintura y además le encantan, la sandía, las lentejas… fueron alimentos de lucha en el pasado que hoy en día forman parte de la alimentación cotidiana con la que disfruta y eso para mi es muy importante.
Así que si os encontrais en el mismo momento que yo, os digo ¡adelante compañer@s ganaremos la batalla¡
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