Desde que mis hijos nacieron hemos intentado siempre cumplir las cosas que les prometemos o les decimos, intentamos no mentirles nunca (¿alguien no les ha dicho jamás una mentira piadosa?), con la finalidad de enseñarles que la palabras tienen valor. Paíto siempre ha insistido mucho en este tema, el es un hombre de palabra, como su abuelo Enrique y reconozco que gracias a su esfuerzo y al mio, mis hijos a día de hoy cumplen siempre las cosas que dicen y respetan las que les decimos.
Hace 4 meses hice una promesa, soy creyente e hice una promesa. No sabía que prometer, pero sabía que tenía que ser algo muy especial para mi porque prometer algo sin importancia no tendría sentido. Tenía que ser algo a lo que me costase renunciar, vale... pues mi pelo, mi larga melena, uno de mis rasgos de identidad. Marylin adora mi pelo, le encanta peinarlo, dice que es como el de sus princesas y que ella cuando sea mayor lo va a llevar igual, por supuesto que si mi vida. No quiere que me lo corte, ni siquiera cuando le he dicho que lo hacia para llevarlo igual que ella "mama no quiero que lo lleves igual que yo" según mis hijos "tengo pelo de sirena" ¿se puede ser mas dulce?
Hoy me toca cumplir mi promesa, porque las promesas se cumplen, porque al igual que paíto soy una mujer de palabra. Me va a costar y se que me voy a ver rarísima... pero bueno "palos con gusto no duelen" ¡¡bienvenido cambio de look¡¡