Hoy es viernes, debería ser un viernes cualquiera en mi vida, un viernes feliz, sin embargo desde esta mañana no he parado de llorar, supongo que os preguntareis el motivo, es muy sencillo, hoy mis mellizos terminan la guardería, para siempre, y me da muchísima pena.
María y Alejandro han pasado tres años en la guardería, un lugar maravilloso, con educadoras y educadores maravillos@s con las que han sido muy felices.
En la guardería han aprendido a compartir, a respetar a los demás, han aprendido el significado de la palabra amistad, aunque todavía no son conscientes, en definitiva, han pasado de ser bebes a ser niños.
Considero a sus profesoras como parte de mi vida, ha sido una etapa que hoy finaliza... una etapa muy feliz para todos nosotros. Nunca olvidaré las charlas que teníamos cuando iba a recogerlos, los consejos que me daban sobre mis hijos. Me parecía increíble que los conociesen tan bien… me han ayudado tanto.
He estado contentísima de que mis hijos fuesen a esa guardería, así que guardaré toda mi vida a sus profesoras en mi corazón: María Alarcón (su profesora directa, gracias por enseñarles tantas cosas eres una educadora maravillosa), Mar (maravillosa), Trini (que pintaba las uñas a María ¡menudo descubrimiento para mi hija¡), Alfonsa (adora a Alejandro, le llama su petisui), Fina, Antonio, Fulgencio, Emilia… Gracias por haber querido a mis hijos y haberlos cuidado tan bien, os estaré eternamente agradecida.
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